martes, 21 de julio de 2009

Los españoles se toman su voto en serio


Ya ha pasado el tiempo de las valoraciones sobre la última convocatoria electoral celebrada, las elecciones europeas de 7 de junio de 2009. En cualquier caso, lo más destacable sería la baja participación (aunque podría haber sido peor, había predicciones que nos acercaban al "Ensayo sobre la lucidez" de José Saramago).

Me propongo en esta entrada confeccionar una lista, al puro estilo Rosa Cobos, de algunos hechos que no afectan al sentido del voto de los españoles (incluidos vascos y catalanes, por el momento), aunque los mismos españoles critican airadamente. Y es que, como decía en una entrada anterior, la hipocresía es una de las grandes "virtudes" nacionales (perdón, estatales, que es como se dice ahora). Y es que, a la hora de votar, se olvidan las "pequeñeces" y se vota de verdad.

Esta es mi lista de lo que se critica y se ensalza, pero que luego no afecta al voto (al menos no afecta en una medida trascendente).
  1. La corrupción en sentido estricto, en sus diversas formas delictivas, principalmente malversación de fondos, prevaricación y cohecho. Ni siquiera en las elecciones municipales parece afectar en gran medida. Los votantes no acaban de creerse las imputaciones, a veces ni aún recayendo sentencias condenatorias.
  2. Los "regalitos", en la medida que no constituyan cohecho (ni siquiera el ya famoso cohecho impropio). Impagable la Sra. Alcaldesa de Valencia en el arranque del cambio de estrategia del Partido Popular: ahora ya no es que no existan los regalos, sino que son normales. Así lo entienden todos, también el PSOE y alguno más atrevido afirma que prohibirlos sería como suprimir los Reyes Magos (el Conseller de Inmigración y Ciudadanía). Probablemente esta nueva línea pueda dar mejores frutos en sede judicial y total, los ciudadanos "votantes" (a estos dos partidos principalmente, que son más del 80 por 100 de los españoles), lo aceptarán perfectamente. Bueno a lo mejor hasta lo quitan del Código Penal.
  3. Obtener ventajas del cargo, en la sanidad, en el transporte, en la educación, en la información de todo orden. Entre "colegas" se hacen favorcillos, faltaría más.
  4. Cometer errores de todo orden: en las previsiones económicas, en los resultados de una estrategia política (como en extranjería o educación), en la planificación operativa en las operaciones de tráfico, en gestión de graves accidentes militares o medioambientales, etc. Al fin y al cabo, todos somos humanos (salvo l@s secretari@s judiciales y l@s enfermer@s..., en que las medidas disciplinarias son ejemplarizantes).
  5. Mentir a los ciudadanos. Esto también se suele perdonar por los votantes, habrá alguna buena causa para mentir, aunque hay una honrosa excepción: los atentados del 11 de marzo de 2004. Al menos yo creo que esa fue la principal razón del inesperado resultado de las elecciones, con ayuda de prensa, con maniobras varias del partido ganador y todo lo que se quiera.
  6. La gestión del gobierno de turno. A nivel municipal se suele decir que las obras que dan rentabilidad son las que se ven (parques, centros culturales o sociales) pero que los alcantarillados, redes de aguas pluviales o agua potable, no dan rendimiento. Pero si llevar adelante todas esas obras ha exigido un insoportable endeudamiento o prescindir de otras inversiones objetivamente más necesarias, eso no importa. A nivel estatal no puedo evitar mencionar la multimillonaria inversión en las líneas AVE, que parece que todos apoyan pero que personalmente me parece cualquier cosa menos prioritaria.
  7. El talante de los dirigentes políticos. Utilizo esta expresión a sabiendas de su desgaste y de su vinculación al Presidente del Gobierno, aunque el PSOE, tampoco es un ejemplo de ello (tampoco el PP, desde luego). En realidad me refiero a la ampliación de las posibilidades de participación ciudadana, más negociación, más transparencia. Lo que me da la sensación que se suele hacer es calibrar la rentabilidad política de las decisiones y para ello es necesario contrastar la opinión de determinados grupos, los que tienen voz.
Supongo que al final que la mayoría de los ciudadanos que acuden a las urnas tienen el voto decidido y muy pocas cosas lo cambian (igual que del Madrid o del Barça, aunque pierdan). Y esto los políticos parecen saberlo, da la sensación que cuando hablan sólo se dirigen "a los suyos".

Ni que decir tiene que personalmente me gustaría que estos hechos afectaran al voto de los ciudadanos. Pero me temo que aquellos a los que les afectan estos hechos y podrían hacer variar los resultados piensan que "todos los políticos son iguales" y al final ni siquiera acuden a votar.

De aquí que lo más importante en una campaña electoral (creo que ahora coincido con los analistas) es movilizar el voto, incrementar la participación, que los que no suelen votar lo hagan, pero claro..., echándose "mierda" encima constantemente y no siendo capaces los principales partidos políticos de llegar a acuerdos en cuestiones trascendentales (educación, sanidad, política penitenciaria y penal, o medidas contra la crisis económica), qué podemos esperar. Tal vez no quieran que se movilicen los ciudadanos desencantados, tal vez porque no les van a votar a ellos.

Todo esto no está respaldado por ningún estudio profundo, de esos por los que alguna reputada consultora podría cobrar 'tropecientos' euros (o mejor un importe que no supere el límite del contrato menor, y ya vendrán nuevos encarguitos).

Ah, se me olvidaba. El dibujito de arriba es el escudo nacional de Chile, con una inspiradora leyenda que dice "por la razón o la fuerza", expresión que a veces se simboliza gráficamente con la balanza y la espada y que, contrariamente a lo que parece, no defiende el uso de la fuerza.

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