jueves, 28 de mayo de 2009

Los enchufes y "lo corriente"

El trabajo de la hija de Chaves, los viajes en avión militar de Zapatero, el supercontrato en Telefónica de Zaplana, el puesto de senadora de Leire Pajín..., todos casos muy "celebrados" por los medios de comunicación y los partidos políticos oponentes.

Yo siempre he pensado que a los afectados les parece normal, son los privilegios propios de su posición, aunque lógicamente nunca lo reconocerán en público, no es políticamente correcto. Y también me da la sensación a veces que esos "cabreos" entre ellos cuando se critican todas estas cosillas es por que duele más que los que son de su misma condición no entiendan que estas cosas son así, "entre bomberos no se pisa la manguera".

Pero ahora miremos lo que es normal en nuestro contexto, el de los que no tenemos un alto cargo. Y es que para que te atiendan en la sanidad pública mejor o más rápido, se llama a un amigo que trabaja en tal hospital, si lo tienen; o para que te gestionen un alta o una modificación en iberdrola, telefónica o aguas municipales, le pides a otro amigo que te eche una mano para evitar colas o reducir papeleo; para presentar alguna escritura pública en un registro o liquidar un impuesto, le pides a un vecino que trabaja en Hacienda que te haga el favor. Y así, una lista interminable. Qué importante es tener muchos amigos, y si tienen un trabajo que te pueda ayudar, mejor. Pero, ¡qué hipócritas e interesados somos! Tal vez sea cierto que el favor o la ventaja obtenida depende de nuestra posición social o profesional y lo que obtienen los altos cargos es comparable a alguno de los ejemplos a nuestro nivel.

Y esto por no hablar de los regalos en navidad, las invitaciones a comidas por empresas, etc. Una vez oí decir algo así: "los jamones no suponen cohecho". Siguiendo ese planteamiento, llamar a un amigo de un organismo público para que te proporcione información a la que no tienen derecho los ciudadanos o te tramite con más celeridad una petición tuya, no supone ílicito sancionable ni administrativa ni penalmente. O que un pariente funcionario de sanidad te proporcione una cita en fecha muy próxima saltándose la lista de espera, tampoco lo es.

El que no tenido nunca alguno de estos deslices, es digno de mi admiración, sinceramente. Es lo que debe ser, de verdad. Pero para la mayoría (aclaro que no me incluyo en este grupo) el que no utilice estos "enchufes" será considerado un bicho raro, cuando no (perdón) un "gilipollas".

Y por lo expuesto, entiendo (esto parece un informe) que la airada crítica a los supuestos casos escandalosos citados al inicio, no es más que un ejercicio flagrante de hipocresía española. La mayoría lo que piensa, aunque no lo reconozca, es que en su caso haría lo mismo. Así nos luce.

1 comentario:

  1. Los políticos españoles son fiel reflejo de la sociedad española. Lo raro sería que la sociedad española produjera políticos suecos o tanzanos. ¿No?

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